Ideario Outsider

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CARTA A NUESTRAS AUTORES (la mezcla de femenino y masculino es a propósito)

 

Tal vez todas o algunos de ustedes sepan, Outsider, antes de ser una editorial, fue un ciclo de lecturas que llevé adelante individualmente pero con la ayuda de un montón de personas, con el que me propuse lo siguiente:

1) hacer entrar al circuito de lecturas porteñas a personas que jamás habían sido invitadas a leer; y

2) cobrar entrada en el ciclo para, una vez cubiertos los gastos, repartirlo entre los que venían a leer y a hacer música.

Con el primer propósito no hubo mayores problemas. Implementé un sistema de invitar también a personas conocidas que acompañaran a este nuevo integrante y, en general, la persona que más convocaba público era el Outsider, tal vez por la novedad.

Sin embargo, el punto dos fue más polémico. Muchos, más o menos abiertamente, criticaron que un ciclo literario cobrara entrada y tuvimos muy poco o ningún público del que asistía asiduamente al resto de los ciclos literarios. De todos modos, yo siempre me puse firme con este principio. Estuve casada con un músico que en su momento era under y vi, durante lo que duró ese matrimonio, cómo todo un mercado que generaba dinero se formaba en torno a estos músicos que recién empezaban: ganaban dinero los estudios de grabación, los locales que se quedaban con un gran porcentaje de las entradas aparte de facturar un montón de consumiciones, el sonidista que les hacía sonido, el flete, etc. El músico, que era quien generaba el mercado, era el único que, no solo no ganaba dinero, sino que invertía de su bolsillo para hacer su arte y poder tocar. No quise esto con la literatura. No me interesa este mecanismo del círculo literario emergente.

Con estos dos mismos principios, en 2010, con Enzo Maqueira fundamos Ediciones Outsider. Outsider se proponía generar un espacio en el que los autores nuevos pudieran publicar su obra en términos lo más parecidos posible a los que los autores consagrados tenían para publicar la suya. Y para esto, era fundamental que el autor jamás pusiera un centavo. Porque ya existían (y existen) un montón de editoriales (y muchas muy buenas) dispuestas a publicar libros a cambio de que el autor vaya con los gastos. Sí, claro, contábamos (y contamos) con la energía y la buena onda de los autores para difundir el proyecto. Creo que fue por estos principios, y por los autores que convocamos para comenzar, que Outsider ganó el subsidio por medio del Mecenazgo del Gobierno de la CABA.

Ahora, en esta nueva etapa de Outsider, cuando me junté con Francisco y Jorge, una de las cosas que charlamos mucho fue cómo lanzar una propuesta que siguiera en la línea de la editorial y cómo diferenciarnos de lo que ya hay en el mercado. No porque queramos ser originales per sé, sino porque una propuesta diferente es lo que hace al proyecto más atractivo y no es un objetivo menor querer destacarse ofreciendo algo que nadie ofrece: es la búsqueda de un sello, una marca y visibilidad. Y todos sabemos lo que significa tener visibilidad en una jungla con millares de propuestas similares.

Entonces, pensamos en una nueva etapa de la editorial con un formato que pusiera de relieve al AUTOR y a la OBRA. Y, por sobre todas las cosas, poner el esfuerzo mayor en conseguir nuevos LECTORES, porque (en eso debemos estar todos de acuerdo) son ellos el fin principal por el que un escritor quiere publicar su libro.

Por eso nos enorgullece tener autores como ustedes que apuestan a nuestro proyecto. Queremos escritores que estén buscando nuevos lectores. No queremos escritores cuya ambición se limite a tener un libro en su repisa y la de sus amigos. Como ya dije, existen propuestas editoriales para publicar en papel que, incluso, tienen más aceitada su distribución y difusión.

Creemos que el formato digital sirve para lo que buscamos por tres motivos:

1) Nos permite enfocar nuestros recursos en hacer visibles a los autores. (No hacemos digital para ahorrarnos la plata de lo que cuesta la edición en papel, sino que ponemos todo esa inversión de recursos, tiempo y dinero en generar lazos, buscar maneras de difundir, etc).

2) Nos permite también cuidar a nuestros autores con un tratamiento profesional. (Por medio de un acuerdo de edición negociable, presentación de liquidaciones transparentes y una efectiva rendición de regalías. Como ejemplo, a los autores de los dos primeros libros de la colección Estación, a un mes del lanzamiento, ya les pagamos la primera rendición).

3) Es ideal para difundir la obra más allá del formato. (Un libro en digital se puede leer en cualquier dispositivo electrónico, incluso se puede leer en papel si el que llega a tenerlo investiga tres segundos, lo pasa a pdf y se lo imprime).

El formato digital, además, nos permitirá (este es el plan de 2015, cuando tengamos un catálogo de 20 obras) salir a buscar lectores a otros círculos locales (más lejanos que los 150 escritores-lectores que convivimos en Facebook), pero también en todo el mundo. Algo que en papel se nos haría imposible.

Por supuesto, todo esto es posible con autores como ustedes que también apuestan a lo digital, a lo novedoso y a poner el acento en la obra antes que en el soporte. Esa era la mayor de mis preocupaciones, contar con autores que apostaran por el proyecto. Porque es una obviedad que los autores existen sin la editorial, pero lo opuesto es imposible: no hay editorial sin autores.

Estoy convencida de que no alcanza con tener un libro publicado en papel, lo pague quien lo pague, para que los lectores lo lean. Por eso no nos desvela tanto ese tipo de publicación. Nuestros desafíos apuntan hacia otros lados. ¿Cómo le hacemos llegar nuestros libros a un lector de Chiloé? ¿O de Lima? O, también, les cuento un concepto interno que tenemos en nuestras reuniones: una vez una alumna del primario donde trabajo vio mi e-reader y dijo que su mamá tenía un Kindle y que compraba muchos libros. Yo le dije que también se conseguían un montón de libros digitales gratis y ella enfatizó: “mi mamá se compra muchos libros en Amazon”. Entonces, con Francisco y Jorge, en todas las reuniones nos preguntamos, ¿cómo llegamos a la mamá de mi alumnita?

Pero esto no es un manifesto anti-papel, por eso nuestra propuesta incluye el libro de papel como un festejo del éxito digital, luego de un mínimo de 400 descargas del ebook. ¡400 descargas son 400 lectores! Y si ponemos esfuerzo, 400 lectores del mercado de nuestro país es NADA. Imaginen lo que representan de entre los lectores del mundo.

Entonces, la decisión de ir por lo digital es algo fuerte en varios sentidos, no sólo en la novedad del ebook, ni de apostar simplemente a nuevas tecnologías, ni porque pensamos que es lo que viene (y más rápido de lo que sospechamos). Hay otros principios detrás de nuestro ideario y estamos orgullosos de que todos ustedes apuesten, nada menos que con su obra, a darle impulso a Ediciones Outsider.

Valeria Iglesias

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