Flavia Pantanelli
Escribo lo que me raja el pecho, porque me lo raja. Y también lo que puede zurcírmelo, para que me lo zurza. Escribo con todo el cuerpo, sin parar, hasta agotarme. Escribo con furia pero, más, con melancolía. Enchastro el papel, lo lleno de mi barro. Escribo mi barro para que haya aire en el cuerpo. Escribo porque el cementerio está lleno de imprescindibles. Escribo lo que se me presenta como evidencia intolerable. Escribo para que la muerte se distraiga y me olvide. Escribo, porque en esas letras, negro sobre blanco, me despliego. Y entonces respiro. Y me miro. Y me comprendo.